
En su discurso de cierre, Binner opinó que “en este momento, el gobierno está cerrando una parábola y, les guste o no le guste, es un gobierno que está terminando”, y por eso “recurre a una serie de leyes que están relacionadas, amparadas en la mayoría circunstancial en ambas cámaras”. “La re-reelección que tanto los desvela, tiene que ver con la permanencia, la ley de lavado está vinculada al saqueo, y la reforma judicial es una herramienta para la impunidad”, enumeró.
“Hay que explicar a la gente que si queremos que las cosas cambien, que Argentina no se convierta en un paraíso fiscal, en agosto y en octubre tiene que votar otra cosa, tiene que votar a diputados que deroguen la ley de lavado, y esta es la conducta que debemos llevar los legisladores”, remarcó Binner, y agregó: “Debemos lograr una nueva relación de fuerzas en la Cámara de Diputados y en el Senado, para revertir esta situación oprobiosa a la que se ha llevado a la Argentina”.
En otro tramo de su discurso, destacó que “nosotros trabajamos para vivir en un país normal, donde no se sancione una ley antiterrorista, donde funcione la Justicia, donde el Ejecutivo haga lo que tiene que hacer y no que piense en intervenir una provincia porque no le gusta políticamente. Eso no es progresismo, eso es un uso discrecional del poder”.
El ex gobernador de Santa Fe enfatizó que nosotros “sí somos una fuerza progresista que cree en los valores, en que es necesario cambiar, en que es necesario transformar esta realidad en la que nos encontramos, porque Argentina tiene grandes posibilidades”.
“Este Frente Progresista y el Partido Socialista va a seguir creciendo en la medida que crezca nuestra interpretación de la realidad, en que los niños, las mujeres, la esperanza de los ancianos puedan transformarse en los derechos que le corresponden” sostuvo Binner, y remató: “Sigamos trabajando con la verdad y luchando permanentemente por la igualdad, porque allí nunca equivocaremos el camino”.
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