Julio López desapareció dos veces, pero con el silencio no volverá a desaparecer de nuestra historia. La verdad y la justicia ya no pueden esperar.
Su cruento y detallado relato de torturas y vejaciones fueron claves para que los crímenes de aquel doloroso y cruel proceso en nuestro país, fueran reconocidos como genocidios, de los peores crímenes contra la humanidad que se puedan imaginar.
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