Nuestro país sufre una crisis de representatividad debido a que el Estado se ha retirado de algunas áreas de la vida dando lugar al avance del mercado, la economía bajo las ordenes globales, las dictaduras militares y la despolitización de la sociedad, entre otros, lo cual ha generado un gran desgaste entre el pueblo y sus representantes.
Los mecanismos de democracia semi directa como los referéndums, las iniciativas populares y consultas son una manera que la voluntad popular pueda plasmarse en hechos en un complejo contexto de intereses y pujas.
Así todo, estos mecanismos pueden ser burlados, como claramente quedó demostrado el pasado 25 de noviembre, cuando la legislatura de Chubut “cambió” el texto del proyecto de iniciativa popular impulsado por más de 13.000 chubutenses para prohibir la megaminería con uso de sustancias tóxicas.
En un histórico y bochornoso acto, el articulado del proyecto de iniciativa popular impulsada por la UAC (unión de asambleas ciudadanas), fue reemplazado por otro que beneficia a las empresas mineras. Mensajitos de texto mediante, se reformularon los artículos con el fin de acomodarlos al antojo de los capitales extractivos. Tal hecho recuerda los condicionamientos de la empresa Chevron en el acuerdo para la explotación en Vaca Muerta, los que fueron incorporados a la nueva ley de hidrocarburos.
El gobierno de Chubut se excusa en la falta de debate, desconociendo que desde hace mas de 10 años varias comunidades se han pronunciado contra la megaminería, entre ellas la ciudad de Esquel, en la que el histórico plebiscito dijo No con un 85% de votantes que rechazó los proyectos mineros metalíferos.
Asimismo, la consulta popular - otro mecanismo de la democracia semi directa-, que propone en gobierno en las zonas mineras, tendría la intención de atomizar las luchas de vecinos y organizaciones, quizás para “manipular” los resultados en aquellas regiones de la meseta en las que existen cateos mineros. No parece importarle que lo que suceda en la meseta afectara irremediablemente todo el territorio provincial.
La actitud vergonzosa que tuvo el gobierno de Chubut, y la responsabilidad de los legisladores ahora judicializados por su traición, será un hecho inolvidable que demuestra el sometimiento del gobierno a los intereses de un modelo expoliador de bienes naturales comunes a través de métodos salvajes, que deja pasivos ambientales y sociales ya conocidos en otras regiones del país y el mundo.
Este hecho pone en evidencia también, las debilidades de estos mecanismos y nos hace reflexionar acerca de estos espacios condicionados de “participación” popular; y en este sentido nos impone pensar en nuevas forma de expresión de la voluntad del pueblo, con mecanismos reconocidos y más directos que construyan una democracia en la que el pueblo sea quien verdaderamente tenga el poder y los representantes sean obedientes a la voluntad expresada por un interés común supremo.
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