Desde que en los años '70 en el mundo se empezó a dar un giro en materia ambiental, muchos gobiernos denominados del "primer mundo", empezaron a tomar conciencia de la gravedad que provocan algunas "cosas" sobre el medio ambiente.
La preocupación se generalizó y estos países comenzaron a promover encuentros, conferencias y otro tipo de actividades mundiales a favor de la tierra. Desde esos encuentros salieron
manifestaciones que colaboraron para diseñar estrategias mundiales frente al calentamiento global y otros problemas derivados de un sistema económico que predominaba en el planeta
Los efectos del capitalismo comenzaban a mostrarse a través de varias problemáticas ambientales que hacían eco en la salud de las personas, por lo tanto, muchos de ellos empezaron a debatir y generar una conciencia ambiental que llegaría a prohibir el uso de determinadas sustancias consideradas altamente peligrosas por su grado de contaminación.
Para prohibir su uso de manera legal, en Argentina tuvieron que pasar muchos años para darnos cuenta que aquellos transformadores provenientes del primer mundo, tenían en su interior un aceite muy peligroso -el conocido aceite naranja-. Pasó el caso de Nahuel Lorenzo de la ciudad de Pilar -Bs. As.- (1), y la muerte del ex concejal de Sierra Grande, Fidel Arce -RN- (2) y el famoso derrame en esta misma localidad que motivó que el gobierno de la provincia de Río Negro empezara a tomar conciencia de la gravedad del caso.
Luego vendrían las noticias que se difundieron por diferentes medios de comunicación y que se hicieron conocer gracias a la movilización de la gente, marchas, denuncias y amparos que tenían un claro objetivo: Promover la Conciencia Ambiental y defender la vida por sobre los intereses económicos o políticos, poner énfasis en el valor de la vida y no en el del mercado.
Nuestra localidad supo almacenar miles de litros de PCB's y se transformó en un basurero provincial de ese contaminante. Pasaron años para que se lo llevaran, para que la provincia y el Estado Nacional se comprometieran definitivamente a trasladarlo a Bélgica para su tratamiento final. Muchos vecinos festejamos y celebramos la erradicación del PCB de Sierra Grande, pero aludiendo una vez más a cuestiones económicas, los transformadores quedaron apilados en "el polvorín" para su "descontaminación", siendo violentados una y otra vez cuando manos anónimas ingresaron a ese lugar sin protección alguna para llevarse el cobre en su interior poseían esos transformadores, repitiendo la acción de aquellos vándalos que habían ingresado años anteriores derramando más de 600 litros del aceite altamente contaminante sobre el suelo para vaciar los aparatos y llevarse el metal.
El gobierno provincial nunca cumplió con lo acordado por orden judicial y no protegió el lugar como debía, poniendo en riesgo la vida de los habitantes de Sierra Grande una vez más. A pocos meses del histórico retiro de PCB al exterior, aparecieron en las noticias los casos de Bariloche -con trasformadores cerca de un Jardín-, y el caso de Viedma -un transformador dentro de un taller de una escuela Técnica-. Este último caso, gracias al incesante trabajo de los padres auto convocados, la justicia intimó al gobierno provincial a dejar en condiciones el lugar para que se pueda dar clases normalmente, pero muchos de esos mandatos no se cumplieron y a pocos días de "refaccionar" el lugar, un temporal de lluvia y viento termino deshaciendo esa mentira.
A este gobierno no le interesa discutir y enfrentar los desafíos que en materia ambiental nuestro pueblo necesita. No lo demuestra ni lo intenta, porque es evidente que hay intereses que superan esas expectativas. Chevron es un claro ejemplo.
Este gobierno corre por lo más fácil y desconoce las luchas que llevan a cabo distintas organizaciones ambientalistas por defender el medio ambiente, y en lugar de implementar medidas de manera urgente para evitar un desastre ecológico, intenta desprestigiar el arduo trabajo del legislador del Frente Progresista, Jorge Ocampos, que en estos días denunció la contaminación de la cuenca de los Ríos Limay y Neuquén.
Es este gobierno provincial el que actualmente promueve la megaminería y la explotación a cielo abierto, el que promueve el fracking y condena a miles de rionegrinos a un desastre ecológico y social irremediable, el que no tiene conciencia ambiental. Quizás tengamos que pasar varios años más para que, como pasó con el PCB, darnos cuenta que este tipo de explotaciones no convencionales sólo trae, a no muy largo plazo, miseria y marginación para nuestro pueblo. Hay que lograr desmitificar el discurso hegemónico que “con este tipo de explotaciones nos vamos a salvar”, es mentira.
Ante esta situación, no queda otra que promover espacios de discusión y debate, darle credibilidad a los movimientos ambientalistas organizados por vecinos/as, escuchar y difundir lo que estas organizaciones están diciendo, porque está más que claro que ante la desidia de este gobierno en materia ambiental, la organización social y popular es la alternativa para defender, no solo nuestros recursos naturales, sino nuestras vidas. Dar credibilidad significa reconocer que este tipo de organizaciones son las que van a forzar a nuestros gobiernos a poner sobre la agenda la urgencia de trabajar por una conciencia ambiental que nos permita vivir de manera equilibrada, en armonía con la naturaleza en los próximos años.
Una forma de desmitificar es lograr que la ciudadanía tome conciencia ambiental, ya que el gobierno provincial carece de ella y asumir compromisos que tengan que ver con lo que desde el socialismo venimos sosteniendo desde hace tiempo, poner los valores humanos sobre lo capital, los intereses del pueblo sobre los de las corporaciones económicas.
Gustavo Cifuentes
Centro Socialista de Sierra Grande
Profesor en Historia
Docente de la Cátedra Educación y Ambiente
ISNU -Tec.Sup. En Gest. Amb.
Profesor en Historia
Docente de la Cátedra Educación y Ambiente
ISNU -Tec.Sup. En Gest. Amb.
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