domingo, 21 de abril de 2013

Falleció el ex gobernador rionegrino Mario Franco a los 89 años


El ex mandatario de Río Negro (PJ), electo en 1973 y derrocado por el golpe de Estado cívico militar de 1976, murió y será sepultado en Viedma, informaron allegados.
Franco nació en General Alvear, Mendoza, el 29 de marzo de 1923, y con 14 años de edad viajó con su familia para instalarse en la localidad rionegrina de Villa Regina, provincia en la que desarrolló una apasionada militancia política y también ejerció el periodismo.

Comenzó su carrera política como concejal en Villa Regina y luego fue funcionario provincial hasta el golpe de Estado de 1955, cuando ya era uno de los primeros referentes del peronismo en Río Negro, donde fue uno de los creadores del Partido Justicialista.

En las elecciones de 1973 es elegido gobernador con el 52 por ciento de los votos, e inició una gestión legendaria, en especial por el desarrollo de un Plan de Salud que trascendió las fronteras provinciales y fue ejemplo nacional.

En una reseña histórica, el docente universitario Roberto Balmaceda relató que Franco pidió a su ministro de Asuntos Sociales Alberto Pawly que ponga en marcha el programa y este lo delegó en dos médicos amigos, que murieron poco después en un accidente aéreo; por lo que la misión recayó en el médico Alberto Dal Bo, de Mar del Plata.

Con las directivas y el respaldo absoluto de Franco, Dal Bo comandó una profunda reforma, multiplicando el presupuesto de la Salud Pública, con construcción y modernización de edificios, estrictos concursos médicos, mejoras salariales, dedicación full time de profesionales y técnicos, cobertura integral de la salud en las ciudades y en el campo, y fuerte trabajo en prevención.

La tarea fue delineada en la Ley de Salud 898/73 y a poco de andar comenzó a generar resistencia, instigada en el sector de la medicina privada que comenzó a perder pacientes a manos de los hospitales públicos de creciente prestigio, y de la derecha peronista y de otras extracciones, que atacaron por “comunistas” y “zurdos” a los promotores del plan.

En paralelo a la historia nacional, con el traspaso del poder de Héctor Cámpora a Juan Domingo Perón, la posterior muerte del líder, y la decadencia de la presidencia de la viuda María Estela Martínez, el surgimiento de la Triple A y la persecusión política, en Río Negro comenzaron los atentados a médicos y funcionarios del gobierno.

El propio gobernador Franco sufrió un accidente automovilístico en Bariloche en 1973: le aflojaron las tuercas de las ruedas al auto oficial, en el que iba con su esposa Lidia Ausejo y el chofer, y volcaron en la avenida Exequiel Bustillo, frente a Playa Bonita, salvando los tres la vida de milagro.

El 24 de marzo de 1976, un contingente militar a cargo del segundo comandante del Quinto Cuerpo de Ejército, Acdel Vilas, llegó a Viedma para intervenir la provincia, designar al coronel Rubén Castelli en la Gobernación, y detener al gobernador democrático y algunos de sus ministros, entre los que estaba Pawly.

Franco fue detenido en Villa Regina y trasladado a la cárcel de Viedma, en donde estuvo preso durante un año. Luego, a raíz de una intervención quirúrgica, fue trasladado al Hospital Zatti, también en la capital, en donde pasó dos años más detenido.

El Plan de Salud fue rápidamente desmantelado por los militares con el aval y la colaboración de la Federación de Clínicas y Sanatorios de la provincia, que agrupaba a todo el sector privado y logró recuperar el manejo del sector al amparo del poder de facto.

Con el regreso de la democracia Franco se convirtió en una figura de consulta para todo el sector político, en particular para dirigentes y militantes peronistas.

En ese sentido, el diputado nacional Jorge Cejas expresó a Télam su admiración por Franco y dijo que “estaba siempre presente, con sus consejos y ayuda”.

El 10 de diciembre de 2011, en la asunción del gobernador Carlos Soria -que marcó el regreso del peronismo a la Gobernación luego de 35 años- Mario Franco fue el invitado principal del palco, y protagonizó luego un momento muy emotivo al sentarse unos instantes en el sillón del gobernador, con el flamante mandatario a su lado.

Franco también visitó al sucesor del asesinado Soria, Alberto Weretilneck, en encuentros que tuvieron trascendencia en la provincia.
fuente: Telam

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